miércoles, 25 de agosto de 2010

HISTORIA DEL ANARQUISMO EN ARGENTINA


Extraído de Wikipedia

Inicios

Los primeros anarquistas llegaron a Argentina desde Europa a partir de 1871, prófugos de la Comuna de París, entre los que se encontraban uno apellidado Gobley. Ya en septiembre de 1872 se informaba al Congreso de La Haya miembros internacionalistas en Argentina, sección que fue fundada por obreros españoles residentes en Buenos Aires, a los que pronto se uniría una sección francesa y otra italiana, siendo su primer secretario A. Aubert. En esta sección argentina también se planteó el debate entre socialismo autoritario (marxista) y socialismo libertario (anarquista/bakuninista); los que apoyaban las ideas marxistas (y blanquistas) eran un grupo minoritario, y sus miembros eran en general de origen francés, mientras que las posturas federalistas de Bakunin y Proudhon eran defendidas por los grupos de nacionalidad italiana y española. La primera agrupación de ideas anarquistas bakuninistas en Buenos Aires de que se tenga constancia fue el "Centro de Propaganda Obrera", probablemente creada en 1876 por los obreros que participaron de la recientemente disuelta Internacional.A partir de 1876 el predominio de los anarquistas comenzó a hacerse notar.[2] A principios de 1879 surgió El Descamisado el primer periódico anarquista argentino. También ese año el "Centro de Propaganda Obrera" publica el folleto Una idea, que incluía la declaración de Saint Imier de 1872. En 1880 se funda el grupo anarquista "La Anarquía".

Durante 1884 se publica fugazmente en Buenos Aires el periódico La Lucha Obrera. Desde 1885 el anarquista V. Mariani distribuía en Buenos Aires el periódico suizo fundado por Kropotkin Le Revolté, donde se refería que el grupo anarquista porteño se reunía todos los miércoles a las ocho en el Café Turco situado en las calles Cerrito y Cuyo. En esa época llegaban libros, folletos y periódicos desde Italia, España y Francia principalmente. Entre sus militantes se destacan los nombres del belga Emile Piette, el catalán Juan Vila (traductor de La conquista del pan), A. Sadier, F. Denambride, Francisco Morales, Feliciano Rey, Marino Garbaccio, Washington Marzoratti y Miguel Fazzi.

La influencia de Malatesta

Durante los primeros años la actividad anarquista fue propulsada principalmente por inmigrantes, que muchas veces conformaban grupos de pertenencia según sus pueblos de origen, tal es el caso de un grupo de italianos oriundos de la misma región que conformó en Rosario un grupo anarquista llamado "El Miserable". El grupo de inmigrantes italiano se convertirá en el más influyente con la llegada del célebre Errico Malatesta en 1885. Se constituye un grupo de Estudios Sociales, que organiza conferencias de Malatesta y se edita en idioma italiano la revista La Questione Sociale. En 1886 Malatesta inició una expedición en busca de oro a la Patagonia, para conseguir recursos para la propaganda libertaria y la organización de los obreros; aunque la empresa resultó un fracaso económico, las actividades itinerantes de Malatesta inlfuenciaron al movimiento anarquista argentino de forma indeleble. Malatesta regresaría a Europa en 1889.En 1887 Malatesta también ayudó a conformar el sindicato de panaderos, o Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. También ese año el anarcocomunista italiano Ettore Mattei (co-fundador del sindicato de panaderos junto a Malatesta y Francesco Momo) edita el semanario Il Socialista. Organo dei Lavoratori.

Según el historiador Osvaldo Bayer, la importancia de Malatesta se manifestó por: su internacionalismo, su predisposición a ver en los obreros y sus organizaciones el mejor medio para difundir las ideas anarquistas, y su tendencia organizacionista, que se oponía al individualismo antiorganizacionista, influenciado por el anarcocomunismo de Kropotkin. Los estatutos de los sindicatos de panaderos y zapateros organizados por Malatesta servirían como modelo para la organización de otros sindicatos. El éxito en la primera huelga de panaderos de 1888 catapultó a las organizaciones obreras de ideología anarquista.

Los marxistas locales se agrupaban en torno al periódico Vorwarts (Adelante), que era editado por alemanes y en idioma alemán, y tenía un severo aire intelectual, que despreciaba la "falta de disciplina" de los obreros de origen latino. En cambio, los anarquistas editaban sus periódicos no solo en los idiomas de las colectividades inmigrantes, sino principalmente en castellano, teniendo una influencia importante en las masas proletarias argentinas.


Errico Malatesta.

Según el historiador Osvaldo Bayer, la importancia de Malatesta se manifestó por: su internacionalismo, su predisposición a ver en los obreros y sus organizaciones el mejor medio para difundir las ideas anarquistas, y su tendencia organizacionista, que se oponía al individualismo antiorganizacionista, influenciado por el anarcocomunismo de Kropotkin. Los estatutos de los sindicatos de panaderos y zapateros organizados por Malatesta servirían como modelo para la organización de otros sindicatos. El éxito en la primera huelga de panaderos de 1888 catapultó a las organizaciones obreras de ideología anarquista.

Los marxistas locales se agrupaban en torno al periódico Vorwarts (Adelante), que era editado por alemanes y en idioma alemán, y tenía un severo aire intelectual, que despreciaba la "falta de disciplina" de los obreros de origen latino. En cambio, los anarquistas editaban sus periódicos no solo en los idiomas de las colectividades inmigrantes, sino principalmente en castellano, teniendo una influencia importante en las masas proletarias argentinas.

De 1890 a 1900

Si bien existió un cierto reflujo de la actividad anarquista a fines de la década de 1880, en la década siguiente comenzó una reorganización de los grupos de afinidad, algunos de gran combatividad. Las denominaciones de los grupos sugerían un tipo de identidad definido: "Los hambrientos", "Los desautorizados", "Ravachol", "La Miseria", etc.Uno de estos fue "Los Desheredados", que inició una febril actividad propagandística editando todo tipo de literatuta ácrata, pero además realizando varias conferencias diarias en distintos puntos de Buenos Aires.Se editaba el periódico El Perseguido, de ideas anarcocomunistas, entre 1890 y 1896. Era editado y distribuido clandestinamente, debido a la persecución policial. En Rosario Virginia Bolten editaba La Voz de la Mujer (anarcofeminista), además de Demoliamo, en italiano.

Desde 1889 aproximadamente crece en el anarquismo argentino la tendencia a la dispersión, a la formación de pequeños "grupos de afinidades" volcados a la propaganda y en teoría a la acción revolucionaria. Se definen como anarcocomunistas, como individualistas y siguen la tendencia predominante en Europa, especialmente en España. Rechazan la participación en las sociedades obreras y desean la pronta llegada de la Revolución Social. Su violencia se reduce a los escritos, aunque la policía descubra supuestos atentados y bombas, encarcele y destierre.



Órgano de expresión de los anarquistas italo-argentinos.

En estos años se produjo una agria polémica entre los anarcocomunistas antiorganizacionistas de El Perseguido, contrarios al sindicalismo y a las organizaciones que sobrepasasen a los grupos de afinidad, y los anarcocomunistas organizacionistas de La Questione Sociale y El Oprimido, que defendían las ideas malatestianas y que apoyaban la creación de sociedades de resistencia y el anarcosindicalismo. Esta tendencia a favor de la organización fue la que finalmente resultó la predominante.

Entre los militantes destacados de esta década se pueden mencionar Ettore Mattei, Virginia Bolten, Rafael Roca (destacado orador), el librero belga Emile Piette, el pintor Ragazzini, el español Victoriano San José, el francés Pierre Quiroule (editor de La Liberté), el catalán Gregorio Inglán Lafarga (dirigió La Protesta), Manuel Reguera, Fortunato Serantoni (director de La Questione Sociale), Juan Vila y el doctor Juan Creaghe (director de El Oprimido) y el doctor Arana, del grupo "Ciencia y Progreso" de Rosario.La figura de Pietro Gori, que arribó a la Argentina el 21 de junio de 1898, dio un gran impulso a las tendencias organizacionistas. Organizó y participó de numerosas conferencias, debates e investigaciones científicas y sociológicas (Gori era abogado criminalista), además de editar algunos folletos tales como Las bases morales de la anarquía, Vuestro orden y nuestro desorden, etc.

Si bien exstían en este período finisecular una gran cantidad de proyectos editoriales, es destacable la fundación del periódico La Protesta Humana, como se llamó inicialmente, el 13 de junio de 1897. El éxito editorial del periódico será casi inigualable en la historia de la prensa anarquista mundial, llegando a ser editado en su apogeo en dos ediciones (matutina y vespertina), y varios miles de ejemplares por día.

Fundación de la FORA

La mayoría de los grupos de afinidad anarcocomunistas contrarios a la organización desaparecieron paulatinamente y casi se extinguieron hacia 1905. La presencia anarquista en el movimiento obrero, por el contrario, era cada vez más influyente, con la fundación de sindicatos por oficio, intervención en conflictos gremiales, El 25 de mayo de 1901 se celebró el congreso fundacional de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), originalmente denominada Federación Obrera Argentina (FOA). Aunque la FOA estaba integrada en su mayoría de elementos anarquistas, también tenía una participación importante de militantes socialistas; esta alianza no pudo durar mucho tiempo, y los miembros del Partido Socialista fundaron la UGT, una central obrera minoritaria e independiente.

A diferencia de los socialistas, los anarquistas -que despreciaban la participación política- creían que la Federación era una organización en la que todos los trabajadores debían la misma participación, sin dirigentes con poder resolutivo, y considerando la lucha por reformas económicas como un medio para alcanzar la revolución social y el Comunismo Anárquico.

En octubre de 1901 en Rosario, se produjo el asesinato del obrero huelguista Cosme Budislavich por parte de la policía; éste fue primer mártir del Movimiento obrero argentino. En 1906 los conflictos gremiales asciendieron a 323, con un promedio permanente de 600 trabajadores en conflicto según informes del Ministerio del Interior; en 1907 se produjeron 254 huelgas. Paralelamente al incremento de huelgas y actividad gremial, fue creciendo la represión gubernamental.



Manifestantes de la FORA.

Los días 2 y 3 de agosto de 1907, la FORA declaró la huelga general en Bahía Blanca debido al asesinato de dos obreros remachadores en el puerto de Ingeniero White. En agosto de 1907, ante el aumento de los alquileres, los inquilinos se declararon en huelga y tomaron la decisión de no pagar. Se trató de un enorme movimiento en el que participaron más de 140.000 personas en 2.400 conventillos de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca. La FORA logró organizar el movimiento creando comités y subcomités en todos los barrios. La huelga duró tres meses y finalmente muchos propietarios aceptaron mantener los alquileres sin aumentos.

El V Congreso

Durante los días 26 y 30 de agosto de 1905, la FORA celebró su V Congreso, al que asistieron 100 sociedades obreras, 4 federaciones locales y 1 federación de oficio. Entre otros temas tratados, se recomendaba sus asociados “no dejarse conducir presos sin causa justificada, llegando hasta la violencia trágica para poner coto a esos abusos policiales, debiendo las sociedades a que pertenecen prestarles ayuda material y moral”. El congreso estableció luego de tres horas de debate, por 54 votos a favor contra dos, la célebre declaración de principios finalista presentada por la Federación Obrera Local Rosarina, la Federación Obrera Local de Santa Fe, los Panaderos de Lincoln y la Federación Obrera Regional Uruguaya.

Los delegados del V Congreso de la F.O.R.A., a fin de que las sociedades obreras no detengan su acción emancipadora en la conquista de mejoras inmediatas, las que prontamente serán arrebatadas, si en los trabajadores no existe un conocimiento bien definido de sus derechos y deberes, hacen la siguiente declaración: El quinto Congreso Obrero Regional Argentino, consecuente con los principios filosóficos que han dado razón de ser a la organización de las federaciones obreras, declara: que aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más amplia, en el sentido de inculcar en los obreros los principios económicos y filosóficos del comunismo anárquico. Esta educación, impidiendo que se detengan en la conquista de las ocho horas, les llevará a su completa emancipación y por consiguiente a la evolución social que se persigue.

V Congreso de la FORA.

La FORA desde entonces fue un sindicalismo con definición ideológica y una propuesta finalista. Los sindicatos opositores a la FORA, y los partidos socialista, radical y años después los comunistas, eran críticos a su definición ideológica anarcocomunista, e "insistían con liberar a los sindicatos de cualquier definición ideológica, por ser éstas un obstáculo para la unidad de la clase trabajadora. Para ellas todo lo que atentase contra la neutralidad del sindicalismo no podía ser más que dogmático y sectario".

La masacre del 1º de mayo y la Semana Roja de 1909

El 1 de mayo de 1909 la FORA y el Partido Socialista (PS) realizan cada uno por su lado distintas manifestaciones. La manifestación socialista transurrió normalmente, sin embargo, pero el acto de la FORA fue brutalmente reprimido por la policía, a las órdenes del Coronel Ramón Falcón. Como resultado murieron una decena obreros y hubo un centenar de heridos, aproximadamente.

En respuesta, la FORA y la UGT, apoyadas por el Partido Socialista, convocaron a una huelga general por tiempo indeterminado. Las ciudades se paralizaron durante una semana; los muertos son enterrados ante una procesión de 300.000 personas. En el acto hablaron Juan Bianchi por la FORA, Luis Lotito por la UGT y Alfredo Palacios por el Partido Socialista. El 8 de mayo se produjo el histórico hecho de que el gobierno, por primera vez, aceptó negociar con un Comité de Huelga.

El 14 de noviembre de ese año, el anarquista Simón Radowitzki, un adolescente ruso de 17 años, arrojó una bomba contra el carro que trasladaba al coronel Falcón, que falleció junto con su secretario Lartigau. El atentado había sido ejecutado en venganza por la represión del 1 de mayo, dirigida por Falcón. Radowitzki fue detenido y condenado a reclusión perpetua en la cárcel de Ushuaia, convirtiéndose en mártir de los anarquistas, que encararon duarante años una serie de acciones por su liberación.

La represión del Centenario

En 1910 se cumplía el primer centenario de la Revolución de Mayo y el gobierno organizó imponentes celebraciones, cuya parafernalia nacionalista causaron el rechazo de la mayor parte del movimiento obrero anarquista y socialista. El movimiento anarquista había adquirido tales proporciones que La Protesta incorporó a su edición matutina otro periódico vespertino, que se llamó La Batalla.

En el mes de mayo socialistas y anarquistas declararon la huelga general y el gobierno decretó el Estado de sitio el día 14 de mayo, deteniendo a los directores de La Batalla y La Protesta, al Consejo Federal de la FORA y el Comité Central de la CORA (socialista). Se organizaron manifestaciones nacionalistas anti-obreras, asaltando los locales anarquistas, socialistas y gremiales, y destrozando las redacciones de La Protesta y La Vanguardia. Las barriadas obreras reaccionaron a los ataques, y se produjeron muertos y heridos en ambos bandos, y aunque existieron sabotajes que empañaron los festejos, finalmente el gobierno pudo cumplir con el programa de la celebración.

La reacción gubernamental golpeó fuerte a los anarquistas, aprobando la "Ley de Defensa Social" y se suspendieron la libertad de imprenta, el derecho de manifestación, de asociación y de reunión. Se deportó al extranjero y se detuvo a centenares de militantes, trasladandolos al Penal de Ushuaia. El periódico La Protesta pasó a editarse temporalmente en Montevideo, pero pronto se comenzó a imprimir clandestinamente en Buenos Aires a mediados de 1911.

La actividad represiva del gobierno durante el Centenario paralizó durante un tiempo al activismo sindical y anarquista, que se fue recomponiendo durante 1911 y 1912. Recién en octubre de 1913 volvió a declararse una huelga general.

División de la FORA durante el IX Congreso de 1915

Para de septiembre de 1914 la CORA luego de realizar numerosas deliberaciones y debates acuerda la disolución de la organización ingresando en bloque a la FORA. Esta incorporación de centenares de militantes y delegados no anarquistas en la FORA no iba a estar exenta de provocar conflictos al interior de la FORA. En 1915, durante el IX Congreso de la FORA un conjunto de gremios adheridos decidió eliminar de la declaración de principios la adhesión a la finalidad del "comunismo anárquico", a fin de favorecer la fusión con los gremios provenientes de la CORA. Un mes más tarde, un total de 21 gremios desconocieron el IX Congreso y eligieron un Consejo Federal. Ello produjo una ruptura y a partir de entonces funcionaron dos federaciones separadas: la del Noveno Congreso adquiriendo un carácter de "sindicalismo neutral" y la del Quinto Congreso, adoptando un carácter finalista (comunista anárquico) y anarquista.

La FORA sindicalista tuvo una política abierta a negociar con el gobierno, a diferencia de la FORA anarquista. Sin embargo, dentro de la FORA sindicalista continuaron actuando muchos gremialistas anarquistas, debido a que sus gremios habían adherido a la nueva central sindical. En este sentido, son destacables los casos del marítimo Juan Antonio Morán y del sindicalista Antonio Soto, ambos anarquistas, quienes a pesar de pertenecer sus gremios a la FORA sindicalista, tuvieron una actuación gremial muy preponderante y radicalizada, más acorde al estilo de la FORA anarquista.

Semana Trágica

El 2 de diciembre de 1918 declararon la huelga los obreros de los talleres metalúrgicos Vasena, afiliados a la FORA anarquista. El 3 de enero de 1919 se producen incidentes entre los huelguistas y las fuerzas represivas. El 7 de enero, comienza la huelga de los obreros de los Talleres Metalúrgicos Vasena, ubicados en la Ciudad de Buenos Aires. Reclamaban un aumento salarial, el descanso dominical y la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas.

Le empresa trató de continuar funcionando con obreros rompehuelgas provistos por la Asociación del Trabajo, una asociación patronal. Debido a disturbios producidos por los huelguistas, la policía intervino con armas largas. Esta intervención dejó un saldo de 4 muertos y más de treinta heridos, algunos de los cuales murieron.

Por esto la FORA del V Congreso y la FORA del IX Congreso llamaron a huelga general, la cual comenzó el día 9 de enero. Durante el entierro de los obreros fallecidos, policías y bomberos armados dispararon contra la multitud, lo que hizo desfallecer entre 8 (según el diario La Prensa (Argentina)) y más de 50 (según el diario La Vanguardia)

A partir de ese momento grupos paramilitares como la Liga Patriótica -que eran claramente antisemitas, xenófobos y defensores de los valores conservadores- persiguieron y asesinaron a dirigentes obreros y anarquistas, pero también a cualquiera que pareciera extranjero. Este grupo tiene el triste record de haber sido el primero en realizar un pogrom en territorio argentino.

Debido a que los obreros, a pesar de todo, eran más que la policía y los grupos paramilitares y la prensa pronosticaba una guerra revolucionaria, el presidente Hipólito Yrigoyen deja la Ciudad de Buenos Aires a manos del General Luis Dellepiane, el que dejó a la ciudad con 1.000 ciudadanos menos.

Patagonia Trágica

La Patagonia Trágica fue un acontecimiento protagonizado por habitantes y sindicalistas de Santa Cruz en el año 1921. Una huelga propulsada por diversas sociedades obreras contra los estacieros y terratenientes locales, fue reprimida violentamente por el gobierno de Hipólito Yrigoyen, que envió al teniente coronel Héctor Benigno Varela y un batallón del ejército. El saldo de este hecho fue de 1500 obreros y líderes sindicales fusilados. El teniente coronel Varela murió ajusticiado por el anarquista alemán Kurt Gustav Wilckens en 1923, en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires.


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