viernes, 31 de enero de 2014

Declaracion de KRAS-AIT sobre la lucha por el poder en Ucrania


En Ucrania, la lucha extendida por el poder entre las facciones rivales de la oligarquía burguesa, por desgracia, involucró a sectores significativos de la población. La confrontación adquirió carácter brutal y se acompaña de pérdida de vidas humanas. Los anarco-sindicalistas no pueden apoyar cualquiera de las partes beligerantes en el conflicto.

Ellos son igualmente hostiles al régimen de Yanukovich con sus políticas económicas neoliberales y las leyes represivas que criminalizan la protesta alguna (incluidos piquetes de los trabajadores frente de las empresas y las actividades independientes en Internet) – y a la «oposición», en el que el tono es dado por los liberales, nacionalistas y por grupos abiertamente nazis.

Ambos campos son igualmente conservadores y nacionalistas, y cualquier diferencia significativa entre ellos no es visible: ni en el área socio-económica, ni en la política interior o extranjera. Ni la sumisión a la Unión Europea, ni la sumisión a la oligarquía rusa nos resuelve los problemas a los trabajadores de Ucrania. Por otra parte, la victoria de uno u otro bando de la burguesía, con el objetivo de tomar el poder o de mantenerlo, puede llevar los trabajadores en el país a un desastre social.

Consideramos justa la resistencia de los trabajadores contra las políticas neoliberales y el gobierno dictatorial Yanukovych. Pero consideramos inaceptable cualquier participación en movilizaciones conjuntas junto a la «oposición» nacionalista burguesa y abiertamente fascista.

Animamos a los grupos libertarios y activistas de Ucrania de actuar con independencia, de presentar sus propias consignas y demandas socio-económicas y de defenderlos a través de la resistencia trabajadora y de la lucha social revolucionaria.

KRAS, la Sección de la Asociación Internacional de Trabajadores en la Región Rusa


miércoles, 29 de enero de 2014

Manifestación ¡convención del PP fuera!


El fin de semana del 31 de enero y 1 y 2 de febrero se celebra la convención nacional del PP en Valladolid a la que, además de los delegados del partido del Gobierno, asistirán representantes de CCOO y UGT.

No podemos dejar pasar esta oportunidad para denunciar y señalar una vez más a los responsables de esta política criminal de recortes, destrucción de derechos y privatizaciones que nos está hundiendo y empobreciendo cada vez más.

Desde CGT, CNT y Bloque Obrero invitamos a sumarse a la convocatoria que partirá a las 18h. desde Plaza Zorrilla.


domingo, 26 de enero de 2014

Muere Marcelino Bilbao, la última víctima de los experimentos nazis en Mauthausen


Tenía 94 años. Nacido en Vizcaya en 1920, durante cinco años soportó el infierno del campo austriaco, donde Aribert Heim le inyectó benceno en el corazón.

Uno de los relatos más estremecedores del libro de Montserrat Llor, Vivos en el averno nazi, es el de Marcelino Bilbao Bilbao, un vizcaíno que durante cinco años permaneció recluido en el campo austriaco de Mauthausen, donde fue víctima de los crueles experimentos de Aribert Heim, conocido como Doctor Muerte. Bilbao, que era el último superviviente de aquellas terribles pruebas, falleció ayer en su domicilio de la localidad francesa de Poitiers, según confirmaron fuentes familiares.

Tenía 94 años, pero mantenía vivo el recuerdo de su sufrimiento en el campo de concentración. Así se lo relató a Llor. «Durante seis sábados seguidos me inocularon benceno cerca del corazón. Se me quedó un bulto azul que fue subiendo y cuando llegó a la altura del hombro no me permitía mover la cabeza. Al cabo de una semana anduve a rastras. Pasados unos 15 días el dolor fue remitiendo», confesaba. «Entonces no sabíamos lo que era aquel líquido, pero durante la semana había que evitar parecer enfermo para que no te enviaran al crematorio», explicaba hace años a unos periodistas. Fue uno de los siete supervivientes de aquella barbarie y el último que quedaba con vida.

Militante anarquista, estaba casado con Mercedes Aguirre, cuya familia le acogió en París, adonde logró llegar a pie tras liberar los aliados su campo.

Con apenas 16 años se había integrado en un batallón de la CNT, con el que participó en la ofensiva sobre Villarreal. Durante la Guerra Civil alcanzó el grado de teniente y participó en la fracasada ofensiva sobre Teruel y posteriormente en la Batalla del Ebro, donde le condecoraron con la Medalla al Valor. El 9 de febrero de 1938 cruzó la frontera por La Junquera y en ese momento comenzó su verdadera odisea. Tras pasar por varios centros de internamiento, fue hecho prisionero por los nazis y el 13 de diciembre de 1940 llegó al infierno de Mauthausen, donde fue inscrito con el número 4.628. Marcelino logró sobrevivir gracias a su picaresca, fortaleza y juventud, pero fue testigo directo del horror, las cámaras de gas y las ejecuciones. Tras la guerra, en su nueva vida, trabajó en una lechería y una fábrica petroquímica. Fijó su domicilio en Poitiers, donde ayer falleció.

sábado, 25 de enero de 2014

Un compañero de CGT es absuelto de un delito de atentado y una falta de lesiones y contra el orden público

 

El juez considera que el compañero no agredió a la policia, sino que él fue el agredido durante la huelga general de septiembre de 2010

23/01/2014

Los hechos se remontan a la huelga general del 29 de Septiembre de 2010, cuando el piquete situado ante la entrada de la factoría vallisoletana de la empresa Michelín fue víctima de una actuación policial, que según el titular del Juzgado de lo Penal 3 de Valladolid, «impedía absolutamente el ejercicio del derecho a la información, pues les alejaba de la puerta y establecía un cordón de seguridad que aislaba a los huelguistas de los trabajadores, impidiendo la comunicación con estos y haciendo inviable el ejercicio de un derecho que amparaba a los que resultaron identificados y alguno de ellos hasta acusado».

El juez censura en la sentencia la intervención policial por hacer inviable el ejercicio del derecho a la información, que ampara a los huelguistas y considera inadecuado que los sindicalistas fueran alejados de las puertas de entrada a la factoría, siendo así coartados en el núcleo esencial del derecho de huelga que es informar de la misma. Además, considera que durante el procedimiento no se aportó «prueba alguna que acredite que se impidió el paso a los trabajadores» ni hubo «constancia de su comportamiento violento o coactivo».

En la acusación contra el compañero de CGT el juez se muestra más contundente aún contra la actuación policial, pues cuestiona la intervención de los agentes de Policía, ya que un vídeo aportado por la defensa del militante de CGT resulta «clarificador de lo infundado de la acusación» contra él. En las imágenes se aprecia no solo que «no porta la mochila» que el atestado le atribuía como «pieza de convicción», sino que «un agente desconocido al encontrarse de espaldas a la cámara, sin justificación alguna, da un puñetazo en el costado izquierdo al acusado».

El juez deduce que «ha existido un claro error identificativo por parte del agente interviniente (...), pues si se tuviera otro convencimiento nos encontraríamos ante delitos de falsedad de documento oficial, falsa imputación de delito, falso testimonio, abuso de autoridad y falta de maltrato». «Algo que no puede imaginarse en un servidor público». Esto último lo consideramos como un clarísimo reproche ante la actuación policial.

Desde CGT nos alegra enormemente que el compañero acusado injustamente, vejado y golpeado, haya sido absuelto con todos los pronunciamientos favorables. Ya era hora de que una sentencia dejase entrever que los montajes y los abusos policiales no son ningún mito y que sitúe a cada uno en su lugar. En aquella huelga los trabajadores que luchaban por sus derechos fueron tratados por muchos como terroristas, esta sentencia deja claro que los violentos eran otros.

jueves, 23 de enero de 2014

Kropotkin y su parecer frente a la violencia revolucionaria

 

Kropotkin era moderado respecto de Bakunin en su defensa de la violencia revolucionaria como método de destrucción del Estado, a quien ambos acusaban de delictual y criminal.

Por JOSÉ MARTÍNEZ FERNÁNDEZ

El que fuera príncipe ruso, el intelectual, el ideólogo moderado del pensamiento libertario, Piotr Kropotkin (1842-1921), es autor de obras que descabezan el sentido de autoridad, con enorme fuerza, tanto que se le considera la figura libertaria intelectual más trascendente de finales del siglo XIX.

Kropotkin fue, sin embargo, contrario a las acciones de anarquistas que sembraban el terror en forma indiscriminada. De allí su crítica al francés Ravachol —Francois Koenigstein—, autor de dos atentados con bombas a comienzos de 1892, por lo que fue enjuiciado y ejecutado en la guillotina, ese mismo año.

Ravachol tenía treinta y tres años al morir. Algo que entre los cercanos al cristianismo anárquico representaba una peculiaridad. Lo mismo ocurrió con un español, Santiago Salvador, quien lanzó dos bombas en el Teatro del Liceo en Barcelona. Allí murieron veinte personas. Salvador señaló que realizó este acto para vengar la muerte de su amigo Paulino Pallás, quien, poco tiempo antes, tiró una bomba contra el general Martínez Campos, bomba que no mató a éste, sino que a seis de sus acompañantes, entre ellos a un soldado y al caballo del militar. También tenía 33 años al ser ejecutado. La misma edad de un tío suyo que se voló los sesos señalando:«Cristo sólo vivió 33 años. ¿Por qué voy a vivir yo más?».

Kropotkin rechazó estos hechos y se preocupó de apoyar las instituciones basadas en la cooperación voluntaria y en la igualdad. Creyó que mediante esos medios la sociedad podía ser cambiada para hacerla mejor.

Pero esta propuesta del ruso no era del gusto de muchos anarquistas que la consideraban más intelectual y utópica. Estos decían que si la autoridad era opresora y sin sentido, todo medio era válido para su destrucción. Kropotkin, sin embargo, no podía apartarse del todo del predicamento de Bakunin, quien había sembrado la semilla de que, cómo todo gobierno era ilegal, debía existir férrea oposición, violenta respuesta.

Muchos anarquistas, que no concordaban con el predicamento de Kropotkin, en los últimos años del siglo XIX y comienzos del XX, realizaron atentados de diversa índole, provocaron un reguero de sangre entre autoridades diversas, cayendo víctimas de ellos figuras como el presidente Carnot de Francia, el rey Humberto de Italia y el Presidente William McKinley de Estados Unidos.

Ellos representaban enormes fuerzas en el mundo y los anarquistas apuntaban a terminar con toda forma de poder: ¿Qué mejor, entonces, que destruir la base misma de ese poder? Si el Gobierno existía era por la violencia y en ella tenía el apoyo de la Iglesia, el capital, la propiedad privada y todo esto era protegido por las leyes y la policía. De allí que sus blancos de ataque fueran estas fuentes.

Ravachol que, como señalamos, realizó sus atentados un poco antes que fueran asesinados los gobernantes ya citados, aunque fue criticado duramente por Kropotkin, se ganó el aplauso de publicaciones radicales del anarquismo. También existieron poetas y músicos que cantaron en su honor, casi clandestinamente. Sin embargo esa violencia fue discutida fuertemente por los propios anarquistas, cuya mayoría consideraba a los terroristas como figuras marginales, aisladas, en el límite de los movimientos revolucionarios.

Era la violencia la que hacía, como siempre, noticia en los medios de comunicación, que, obviamente, defendían al aparato que les ayudaba a sobrevivir, como ocurre hoy también, y el rico pensamiento de los maestros libertarios sufría la pesadilla de un casi olvido, más aún cuando debía enfrentar a otro opositor poderoso: el marxismo.

Es interesante considerar que en el pensamiento de Kropotkin está el origen del individualismo inflexible y del sindicalismo incisivo (anarcosindicalismo). En Kropotkin está también la idea del ecologismo (a través del discurso naturalista), hoy tan en boga.

Ravachol cometió atentados en lugares en que vivía gente de buena posición económica, lo que representaba para él una forma de poder: el capital que daba origen al mal mayor: el Estado. Pero, como señalamos, los pensadores anarquistas de su tiempo, en especial Kropotkin, se oponían a esta suerte de terrorismo que, entendía, no rompía los fundamentos principales de la sociedad capitalista. Bertrand Russell da una mejor explicación sobre este asunto:

«Los anarquistas, así como los socialistas, generalmente tienen fe en la doctrina de la lucha de clases, y si se sirven de las bombas es del mismo modo que los gobiernos se sirven de la guerra; por cada una de las bombas fabricadas por un anarquista se fabrican por los gobiernos muchos millones de bombas, y para cada uno de los hombres muertos por la violencia anarquista mueren muchos millones por la violencia de los Estados.»

4 diciembre 2009

lunes, 20 de enero de 2014

El príncipe Kropotkin: padre del anarquismo en Rusia


El padre del anarquismo ruso, el príncipe Piotr Kropotkin (1842-1921), soñaba con un mundo sin violencia ni autoridad estatal. Su concepción de la sociedad se basaba en la cooperación voluntaria de personas libres. Actualmente, sus ideas siguen tan vigentes como lo fueron en el siglo XIX.

13 enero 2014

Como muchos de los revolucionarios rusos del siglo XIX, Kropotkin nació en el seno de una familia rica perteneciente a la nobleza; formaba parte de la élite. Su padre tenía más de mil siervos y tres grandes fincas. Kropotkin se graduó en el Cuerpo de Pajes, la academia militar más exclusiva de la época en Rusia. Llegó a ser incluso paje de cámara del emperador Alejandro II. Ante él se abría un futuro brillante: podría haberse convertido en general o en ministro.

Sin embargo, el príncipe desestimó todo esto y se entregó a la revolución. Habiéndose empapado de literatura clandestina, renunció al prestigioso servicio en la guardia y se marchó a Siberia.

Durante este acercamiento al pueblo, Kropotkin se convenció definitivamente de que todos los males provenían del Estado. Allí adonde no llegaba la mano del Estado, a pesar de la pobreza, la gente era feliz. Los pueblos que conoció se organizaban en comunas y se las arreglaban perfectamente sin impuestos ni funcionarios.

Durante su estancia en Suiza, se dedicó a observar cómo estaba organizada la cooperativa de los relojeros. Estos no estaban sometidos a ninguna jefatura y, sin embargo, la cooperativa funcionaba a la perfección. Se trataba de una auténtica comuna anarquista, tal como lo entendía Kropotkin. Una comunidad de personas libres, que no trabajaban bajo presión, sino de forma voluntaria. Allí mismo, en Suiza, Kropotkin se unió a la Primera Internacional, la misma en la que ingresó Karl Marx.

Kropotkin regresó del extranjero transformado en un revolucionario convencido y comenzó a redactar propaganda revolucionaria. Demostró bastante destreza en el arte de la conspiración, pues durante mucho tiempo, aunque la policía estaba al tanto de sus actividades, no pudieron arrestarlo. Se disfrazaba constantemente de estudiante o de campesino y cambiaba con frecuencia de piso franco. Si en el edificio entraba un elegante joven con gafas, después salía un campesino vestido con una vieja camisa de algodón y unas botas baratas. La transformación era absoluta. No obstante, al final fue arrestado. Lo enviaron a la Fortaleza de Pedro y Pablo en San Petersburgo, una de las cárceles más lúgubres de Rusia. Kropotkin pasó dos años allí para después fugarse. Fue un caso único. Solo una persona realmente desesperada podía tomar la decisión de fugarse de la Fortaleza de Pedro y Pablo.

Se marchó al extranjero, donde prosiguió con su actividad antigubernamental —y es que la anarquía se basa en la negación del Estado, de la gran máquina estatal—; allí encontró muchos partidarios, entre otros, los editores de un periódico con un nombre bastante sugerente, El Insurrecto, que se dedicaban a publicar propaganda e incluso llegaron a organizar algunos ataques terroristas.

Kropotkin no guardaba ninguna relación con estos sucesos, pero debido a su exposición al público se convirtió en una figura muy impopular. Esto le valió la expulsión de todos los países europeos; en Francia incluso fue condenado a cinco años de cárcel, de los que finalmente solo tuvo que cumplir tres, gracias a la intervención de Victor Hugo y de otras celebridades, que acudieron en su defensa.

Ningún Estado —ni los capitalistas ni los socialistas— acepta la anarquía. Cuando Kropotkin regresó a Rusia durante la revolución, enseguida se produjo el roce con los bolcheviques. Al viejo anarquista le horrorizaba la crueldad de estos. Era una persona gentil y bondadosa por naturaleza, por lo que no podía aprobar el terror rojo bajo ningún concepto. Ante todo, él interpretaba el anarquismo como un sistema basado en la ayuda mutua y en la solidaridad. Y lo que se encontró allí fue una guerra de todos contra todos.

«¡Para esto he trabajado toda mi vida en la teoría de la anarquía!», se quejaba a Plejánov, un viejo compañero marxista. A lo que este le contestó: «Piotr Alexéevich, también yo me encuentro en esa situación. Si hubiera sabido que mis enseñanzas sobre el socialismo científico desembocarían en esta pesadilla...»

Tras la muerte de Kropotkin, las autoridades rusas lo conmemoraron por su lucha contra el ‘perverso’ sistema zarista. En su honor se bautizaron varias calles e incluso ciudades de todo el país. En el centro de Moscú hay una parada de metro que se llama Kropótkinskaya y durante un tiempo también existió el museo de Kropotkin, pero a finales de los años 30 lo cerraron por lo que pudiera pasar. Para entonces, el Estado soviético ya se había puesto en pie y había ganado poder; las ideas anarquistas le eran completamente ajenas.

Pero el anarquismo resultó ser una corriente sorprendentemente vivaz. Mientras exista un Estado, siempre habrá alguien que quiera luchar contra su opresión. El famoso lema ‘la anarquía es la madre del orden’ no resulta tan absurdo si se entiende este movimiento como lo planteaba el propio Kropotkin.

Como una espléndida utopía; una disposición perfecta de la sociedad, en la que ciudadanos conscientes trabajan por el bien común, sin capataces ni supervisores, por el simple hecho de que son personas conscientes y benévolas. Una imagen hermosa, aunque completamente inverosímil [?]. Pero el gran soñador Kropotkin creía que algún día las cosas serían así.
 

domingo, 19 de enero de 2014

La Iglesia y la escuela


Por ALEXANDER BERKMAN

Sí, amigo mío, siempre ha sido así. Es decir, la ley y el gobierno han estado siempre del lado de los amos. El rico y el poderoso siempre te han engañado mediante «la voluntad de Dios», con la ayuda de la Iglesia y la escuela.

¿Pero tiene esto que permanecer siempre así? En los antiguos tiempos, cuando la gente era esclava de algún tirano, de un zar o de otro autócrata, la Iglesia (de cualquier religión o denominación) enseñaba que la esclavitud existía por «la voluntad de Dios», que era buena y necesaria, que no podía ser de otra manera y que cualquiera que estuviera contra ella estaría contra la voluntad de Dios y era un hombre descreído, un hereje, un blasfemo y un pecador.

La escuela enseñaba que esto era bueno y justo, que el tirano gobernaba «por la gracia de Dios», que su autoridad no podía ser cuestionada, y que había que servirle y obedecerle.

El pueblo lo creía y permanecía esclavo. Pero poco a poco surgieron algunos hombres que llegaron a ver que la esclavitud era mala, que no era justo que un hombre estuviera sometido a todo un pueblo y fuera señor y amo de sus vidas y de sus trabajos. Y fueron al pueblo y le dijeron lo que pensaban.

Entonces el gobierno del tirano se lanzó sobre esos hombres. Se les acusó de quebrantar la ley del país, se les llamó alborotadores de la paz pública, criminales y enemigos del pueblo. Los mataron y la Iglesia y la escuela dijeron que era correcto, que merecían la muerte como rebeldes contra las leyes de Dios y del hombre. Y los esclavos lo creyeron.

Pero no se puede suprimir la verdad para siempre. Gradualmente cada vez vinieron más personas a descubrir que los «agitadores» que habían matado llevaban razón. Llegaron a comprender que la esclavitud era injusta y mala para ellos y su número creció continuamente. El tirano dio leyes severas para suprimirlos; su gobierno hizo todo lo posible para detenerlos y para detener sus «designios malvados». La Iglesia y la escuela denunciaron a esos hombres. Fueron perseguidos y acosados y ejecutados a la manera de aquellos días.

Algunas veces los ponían en una gran cruz y los clavaban a ella, o les cortaban sus cabezas con un hacha. Otras veces eran estrangulados, quemados en un poste, descuartizados o atados a caballos y desgarrados lentamente.

Esto lo hizo la Iglesia y la escuela y la ley; con frecuencia incluso la multitud engañada, en diversos países, y en los museos actuales puedes ver todavía los instrumentos de tortura y de muerte que usaban para castigar a los que intentaban decir la verdad al pueblo.

Pero, a pesar de la tortura y de la muerte, a pesar de la ley y el gobierno, a pesar de la Iglesia y la escuela y la prensa, se abolió finalmente la esclavitud, aunque la gente había insistido en que «siempre fue así y que tiene que permanecer así».

Posteriormente, en los días de la servidumbre, cuando los nobles gobernaban sobre el pueblo ordinario, la Iglesia y la escuela estaban de nuevo de parte de los gobernantes y de los ricos. De nuevo amenazaban al pueblo con la ira divina si se atrevían a hacerse rebeldes y rehusaban obedecer a sus señores y gobernantes. De nuevo lanzaron sus maldiciones sobre las cabezas de los «perturbadores» y los herejes que se atrevían a desafiar la ley y que predicaban el evangelio de una mayor libertad y bienestar. De nuevo esos «enemigos del pueblo» fueron perseguidos, acosados y asesinados. Pero llegó el día en que la servidumbre fue abolida.

La servidumbre cedió su lugar al capitalismo con su esclavitud asalariada y de nuevo encuentras a la Iglesia y a la escuela al lado del amo y del gobernante. De nuevo truenan contra los «herejes», los descreídos que desean que el pueblo sea libre y feliz. De nuevo la Iglesia y la escuela te predicen «la voluntad de Dios»; el capitalismo es bueno y necesario, te dicen; tienes que ser obediente a tus amos, pues «es la voluntad de Dios» que haya ricos y pobres, y cualquiera que se opone a ello es un pecador, un inconformista, un anarquista.

Así, ves que la Iglesia y la escuela están todavía con los amos contra sus esclavos, exactamente igual que en el pasado. Como el leopardo, pueden cambiar sus manchas, pero nunca su naturaleza. Todavía se alinea la Iglesia y la escuela con el rico contra el pobre, con el poderoso contra sus víctimas, con «la ley y el orden» contra la libertad y justicia.

Ahora como antes, enseñan al pueblo a respetar y obedecer a sus amos. Cuando el tirano era un rey; la Iglesia y la escuela enseñaban el respeto por y la obediencia a «la ley y el orden» del rey. Cuando se abolió la realeza y se instituyó la república, la Iglesia y la escuela enseñan el respeto y la obediencia a «la ley y el orden» republicanos. ¡OBEDECER! Ese es el grito eterno de la Iglesia y de la escuela, sin importarle lo vil que sea el tirano, sin importarle lo opresivos e injustos que sea «la ley y el orden».

¡OBEDECER! Pues si tú dejaras de obedecer a la autoridad, podrías comenzar a pensar por ti mismo. Eso sería lo más peligroso para «la ley y el orden», la mayor desgracia para la Iglesia y la escuela. Pues entonces tú descubrirías que todo lo que ellos te han enseñado era mentira, y que solo lo hacían con el objetivo de mantenerte esclavizado, en la mente y en el cuerpo, de modo que tú continuaras trabajando y sufriendo y estando tranquilo.

Un despertar así por tu parte sería ciertamente la mayor calamidad para la Iglesia y para la escuela, para el Amo y el Gobernante.

Pero si has llegado así de lejos conmigo, si has comenzado ahora a pensar por ti mismo, si comprendes que el capitalismo te roba y que el gobierno con su «ley y orden» se encuentra ahí para ayudar a que te hagan eso, si te das cuenta que todas las agencias de la religión y de la educación institucionalizadas sirven tan sólo para engañarte y para mantenerte en la esclavitud, entonces te puedes sentir con razón ofendido y gritar: «¿No hay justicia en el mundo?».

El ABC del comunismo libertario
(1937) 
 

sábado, 18 de enero de 2014

Los delincuentes en la cárcel y fuera

P. KROPOTKIN

Para empezar, tengamos en cuenta que no hay preso que considere justo el castigo que se le aplica. Esto es en sí mismo una condena de todo nuestro sistema judicial. Hablad con un hombre encarcelado o con un gran estafador. Dirá: «Aquí están los de las pequeñas estafas, los de las grandes andan libres y gozan del público respeto». ¿Qué responder, sabiendo que existen grandes empresas financieras expresamente dedicadas a arrebatar los últimos céntimos de los ahorros de los pobres, y cuyos fundadores se retiran a tiempo con botines legales hechos a costa de esos pequeños ahorros? Todos conocemos esas grandes empresas que emiten acciones, sus circulares falsas, sus inmensas estafas. ¿Cómo no dar al preso la razón?

Y el hombre encarcelado por robar una caja fuerte, te dirá: «Simplemente no fui bastante listo; nada mas». ¿Y qué contestarle, sabiendo lo que pasa en sitios importantes, y cómo, tras terribles escándalos, se entrega a esos grandes ladrones el veredicto de inocencia? Cuantas veces se oirá decir a los presos: «Son los grandes ladrones los que nos tienen aquí encerrados; nosotros somos los pequeños». ¿Cómo discutir esto cuando los presos saben de las increíbles estafas perpetradas en el campo de las altas finanzas y del comercio. Cuando saben que la sed de riquezas, adquiridas por todos lo medios posibles, es la esencia misma de la sociedad burguesa? Cuando ha examinado la inmensa cantidad de transacciones sospechosas que separan a los hombres honestos (según medidas burguesas) y a los delincuentes, cuando ha visto todo esto, tiene sin duda que creer que las cárceles son para torpes, no para delincuentes. Ésta es la norma respecto al mundo exterior. En cuanto a la cárcel misma, no hace falta extenderse mucho en ello. Sabemos bien lo que es. Sea respecto a la comida o a la distribución de favores, en palabras de los presos, desde San Francisco a Kamchatka: «Los mayores ladrones son los que nos tienen aquí, no nosotros».

Las cárceles y su influencia moral sobre los presos
(1877)


jueves, 16 de enero de 2014

¡La CNT con Gamonal!

 


Se cernía la sospecha de conflicto en el subconsciente de todos. En esta ciudad, en la que ya desde hace años, la corruptela de los políticos campa a sus anchas y se viene cebando más concretamente con el negocio inmobiliario, la única manera de que los deseos de los que mandan no se hagan realidad es tomar la calle.

Ya pasó el 18 de Agosto de 2005 cuando el Sr. Juan Carlos Aparicio, entonces alcalde de Burgos, decidió acometer obras en el barrio de Gamonal, en la Avenida Eladio Perlado. Un aparcamiento subterráneo que los ciudadanos del barrio no querían por distintos motivos: agravamiento de las grietas en viviendas aledañas como ya pasó con el parking de Plaza Roma (junto a esta avenida), el alto coste de las plazas que se iban a vender o alquilar a los vecinos de un barrio obrero o la vejación comercial que iba a sufrir la zona durante las obras. Únicamente con la movilización ciudadana se paralizó la obra. Bastaron apenas un par de noches con sus días para que todo el proyecto acabara en agua de borrajas; no sin el nefasto resultado de la acción represiva que se cobró unos cuantos detenidos y procesados.

Desde la CNT de Burgos hemos consensuado una opinión sobre el bulevar de Gamonal. Observando in situ la situación y el sentir del barrio, acudiendo a las manifestaciones que se convocaron antes del conflicto tan popularmente mediatizado y hablando con los vecinos que en muchos casos conocíamos. Hemos de manifestar nuestro total y absoluto rechazo a la construcción del mismo. Qué mejor razón que la que esgrime el pueblo, la que muestran sus ojos cuando gritan «Gamonal no quiere bulevar», esa es la mayor fuerza que existe, la de un barrio unido en contra de una injusticia politizada.

Pero además, ya lo hemos visto en determinados medios, en los que, en algún caso, se ha dado la palabra a los vecinos cuya opinión es simplemente que «ahora son necesarias otras cosas». Es necesario invertir más en asuntos sociales, que para este barrio son imprescindibles (se cerró una guarderia por no querer gastarse 13.000 € en la reforma de la misma), es preciso abaratar el aparcamiento reacondicionando zonas gratuitas para el mismo. Obvio es también que en una arteria principal de la ciudad, por la que pasan miles de vehículos al día, el tráfico se vería gravemente colapsado creando un solo carril para cada sentido, cuando ahora hay dos, teniendo que circular también taxis y autobuses por el mismo. Es un despropósito en toda regla.

Mención merece también el progreso especulativo al que ha llegado el sector de la construcción en esta ciudad, donde se ofrecen contratas a dedo a pesar de que en el concurso existan mejores ofertas y donde las constructoras que más influencia tienen en el poder político son las que sobreviven. Muchas en concurso de acreedores, desgraciadamente para sus trabajadores, ya tienen los bolsillos llenos. Pero entre éstas destacan Arranz Acinas y las del grupo del famoso (hasta en la trena) magnate del ladrillo y la «comunicación» Antonio Miguel Méndez Pozo, cómplice de políticos y alcaldadas varias. Destacan por realizar, en UTEs o por separado, obras del calibre del Hospital Universitario de Burgos o del Bulevar del Ferrocarril, millonarias ambas. Y además les permiten explotar los aparcamientos de aquel a precios abusivos. Por todo esto decimos que este es otro más de sus deseos urbanísticos que tanto engordan las cuentas de políticos y gerifaltes inmobiliarios y que injustamente pagan, con su dinero y con la pérdida de bienestar social, los ciudadanos de Burgos.

Sobre el «caos» mediático que la construcción del bulevar de Gamonal ha causado dentro y fuera de España, es notoria la cantidad de información que se pierde por el camino. Se habla de radicales, barricadas y hasta de atentados y se le da más importancia que al hecho de que durante 5 días los vecinos del barrio y de otros barrios de la ciudad salgan a demostrar a los poderosos que están hartos y que no quieren que se les chulee más. Desde la mañana hasta la noche y de manera pacífica y asamblearia. No se habla de la verdadera represión en una ciudad tomada por los antidisturbios, que no dudan en propinar palizas a jóvenes y en levantar las porras contra sus madres. De entrar a los portales y amenazando con pegar a los manifestantes pacíficos. Está claro que en los medios de «información» de Méndez Pozo no se va a tratar de manera benevolente el asunto pero es que en los demás tampoco. Y determinados periodistas se escudan en el colegueo profesional para tildar de gran labor periodística la del Diario de Burgos.

La magia del efecto Gamonal ha llegado a traspasar fronteras, pero lo mejor lo tenemos aquí al lado: Palencia, Salamanca, Valladolid, Vigo, Barcelona, Madrid, Sevilla, Oviedo, Valencia, Cáceres, Zaragoza, etc. Estos días habrá concentraciones en muchas ciudades, pero, el leitmotiv que impulsa nuestros corazones. ¿Cuál es? No es odio, es todo lo contrario. Basta ya de hablar de indignados; que sí, que lo estamos, pero lo que nos hace ponernos en el pellejo de otro no tiene esencia negativa.

¡No al Bulevar de Gamonal! ¡Si a la revolución social!

martes, 14 de enero de 2014

Solidaridad con #Gamonal

Recopilación de todas las convocatorias en Valladolid en apoyo a los vecinos de Gamonal


Desde CNT Valladolid nos hacemos eco de las convocatorias organizadas en Valladolid en solidaridad con Gamonal y animamos a asistir a todas ellas. Los vecinos de Gamonal están dando todo un ejemplo de lucha en la calle contra la especulación y represión y consideramos que es preciso apoyarles con todas nuestras fuerzas.

· Martes 14, a las 20h, charla «Qué está pasando en el barrio de Gamonal»:

· Miércoles 15, a las 20h, concentración en Fuente Dorada:

· Viernes 17, concentraciones de SOLIDARIDAD POR BARRIOS:

[PARQUESOL] a las 18h30 en la Plaza Marcos Fernández: http://elotrovalladolid.es/event/801
[PAJARILLOS] a las 19h30 en el Centro Cívico de la Zona Este (Antiguo Mercado Central): http://elotrovalladolid.es/event/787

BARRIOS VIVOS, BARRIOS COMBATIVOS ¡SOLIDARIDAD Y LUCHA!

Colectivos de Valladolid y Palencia convocan sendas concentraciones de apoyo de Burgos



Colectivos de Valladolid y Palencia han convocado sendas concentraciones de apoyo y solidaridad con el barrio burgalés de Gamonal, que desde el pasado viernes es escenario de disturbios contra la construcción del bulevar en la calle Vitoria.

Según informaron a Europa Press fuentes de la Federación de Asociaciones Vecinales de Valladolid, este miércoles, 15 de enero, se ha convocado una concentración a las 20.00 horas en la plaza de Fuente Dorada en solidaridad con la movilización contra el proyecto urbanístico que se ha llevado cabo en el barrio.

Por su parte, la Cumbre Social de Palencia se concentrará el próximo jueves 16 a partir de las 19.00 horas en la plaza Mayor para mostrar su apoyo a las protestas de los ciudadanos del barrio.

Así lo ha decidido el movimiento en una reunión que tuvo lugar ayer y en la que se acordó por unanimidad de las organizaciones asistentes llevar a cabo la citada concentración a la que invitan a participar a todos los palentinos.


domingo, 12 de enero de 2014

La insumisión

Los impuestos exigidos al pueblo para fines de guerra absorben la mayor parte del beneficio del trabajo que el ejército debería proteger. (...)

Los gobiernos alegan que los ejércitos son primordialmente requeridos para la defensa exterior. Pero esto no es exacto. Ellos son empleados, en primer lugar, para intimidar a sus propios súbditos; y toda persona que cede a la cronscripción militar se convierte en participante voluntario en todos los actos opresores del gobierno contra los ciudadanos. Es necesario señalar cuánto realiza el Estado en nombre del orden y el bienestar de la comunidad (todo ello reforzado por la autoridad militar) para convencerse de que todo hombre que cumple el deber militar se convierte en cómplice de los actos del Estado aunque no pueda aprobarlos. Todo feudo dinástico o político; las ejecuciones que se efectúan en estos feudos; la represión de las rebeliones, el concurso militar en la dispersión de manifestaciones populares; en reprimir huelgas; todas las extorsiones en materia de impuestos; la injusticia sobre el monopolio de la propiedad agrícola; las trabas por la libertad del trabajo; todo esto se realiza, si no directamente por la tropa, sí por la policía respaldada por la tropa.

Cualquiera que cumpla su deber militar se convierte en partícipe de todos estos actos; los cuales a menudo suscitan sus reparos y en la mayoría de los casos contradicen directamente a su consciencia. Los hombres no deben abandonar la tierra que han cultivado durante generaciones; no tienen por qué dispersarse por orden del gobierno; no deben pagar impuestos abusivos. Tampoco deben someterse voluntariamente a las leyes que no han contribuido a crear; tampoco deben desistir de su cultura. De consentir en deber militar tendrán que acatar la orden de golpear a los rebeldes. Sin embargo, no deben secundar estos procedimientos sin preguntarse antes a sí mismos si dichos procedimientos son o no justos. ¿Debo yo contribuir a todo esto?

La cronscripción generalizada es el último paso en el proceso coercitivo dictado por el gobierno para soporte de su general estructura. Para los ciudadanos se trata del extremo límite de la obediencia. Es la clave de arco que soporta el muro, sacada la cual se derrumba enteramente el edificio...

 Lev N. Tolstoi

sábado, 11 de enero de 2014

Puto capitalismo


Manuel Vicent

Durante los últimos dos años ha habido una agresión constante del Gobierno contra los derechos sociales, civiles y humanos. Todo esto es debido a la nueva estructura del capitalismo desde el momento en que se aceptó la globalización económica como la panacea que solucionaría los problemas del mundo. Nada más lejos de la realidad ya que aceptar la globalización de la economía suponía ponerse en manos de las grandes corporaciones multinacionales, tanto industriales como financieras, que han impuesto sus prácticas depredadoras, inherentes al sistema capitalista sin control, para conseguir beneficios para los inversores y pobreza y marginación para la mayoría de las personas que habitamos el planeta.

Los gobiernos han sido cómplices necesarios para que esto se pueda conseguir, partiendo de unos parámetros economicistas han dejado que el capitalismo campe a sus anchas, como si el enriquecimiento de las grandes corporaciones llevase a la humanidad a una situación de bienestar supremo donde todo el mundo sacase beneficios; el resultado ha sido totalmente el contrario.

Desde el momento en que la economía se deja campar a sus anchas queriendo seguir los criterios de la mano invisible de los mercados, la oferta y la demanda está regulada por las grandes corporaciones industriales y financieras que están adecuando los precios de los productos no a la oferta ni a la demanda sino a los intereses particulares de los que tienen el control sobre las compras de los productos ofertados por los productores, que no son otras que estas grandes corporaciones que se han desarrollado en todos los sectores de la economía.

Veamos cómo influyen en los mercados:

1.- En el mundo sigue habiendo pequeños productores que plantan, que fabrican para intentar satisfacer las necesidades de aquellos que carecen de esos bienes. Estos dedican sus recursos a la producción para conseguir unos beneficios que les permitan vivir y seguir produciendo. Ese ciclo se mantiene en el tiempo siempre que sean capaces de conseguir vivir, obteniendo esos beneficios.

2.- Las grandes corporaciones se han dedicado a intentar controlar esa producción de los pequeños productores y lo hacen convirtiéndose en los clientes de esos productores, son ellos quienes controlan los circuitos comerciales de productos y así hacen que los precios de los productos sean los que quieren. Esto lo hacen contratando la producción que necesitan y no dejando que el productor pueda vender los excedentes que haya de ese producto, esos excedentes deben ser destruidos para no hacerles la competencia, con esto consiguen que los precios a los que venden al consumidor final sean los precios marcados por ellos y no los precios regulados por la famosa mano invisible de la oferta y la demanda. Este sistema les permite bajar el precio de compra de los productos a los productores y mantener altos o sin bajadas los precios de venta en los comercios.

3.- Esto lleva a un enriquecimiento de estas grandes corporaciones y a un continuo empobrecimiento del resto de la población. Empiezan a sentir la espiral esos pequeños productores que ven caer sus beneficios, ya que si no se acoplan a esas bajadas constantes en los precios de sus productos, las grandes corporaciones se van a otro productor, de cualquier parte del mundo, que satisfaga sus exigencias. Al bajar los beneficios de estos pequeños productores estos contratan menos asalariados para llevar adelante la producción, por lo tanto las condiciones laborales de los que siguen trabajando se resienten y las condiciones de los que quedan sin contratar les llevan a la posible exclusión social y, a su vez, esto tiene un resultado perverso en el sistema ya que dejan de ser consumidores habituales, en un principio, hasta que dejan de ser consumidores.

4.- Cuando llegamos a este punto empezamos a ver que baja el consumo, con lo que bajan los beneficios de aquellas empresas que producen bienes para el consumo, ello lleva a más despidos o la no contratación de asalariados y empieza una espiral que se hace imparable hasta conseguir que las empresas productoras y los productores iniciales tengan que vender sus medios de producción a estas grandes corporaciones.

5.- Cuando estas grandes corporaciones se han hecho con todos los medios de producción, han acabado con la competencia, en ese momento controlan la economía, haciendo variar los precios y la riqueza de los pueblos. Son ellas quienes determinan qué zonas del mundo deben prosperar y qué zonas del mundo deben deprimirse. Son ellas quienes determinan cuándo se instalan en un país y cuándo se van de ese país (deslocalización). Son ellas quienes determinan qué país podrá hacer frente a los pagos de su deuda y qué países se arruinan. Son ellas quienes tienen el control absoluto, ellas son «el señor capitalismo».

Todo esto es posible porque las personas hemos perdido la identidad, nos hemos creído que formamos parte de esa sociedad y que tenemos poder de decisión, nos hemos creído que a través de la democracia representativa controlamos a los que nos gobiernan y que estos se encargan de controlar las políticas económicas; nos hemos creído que formamos parte de una cosa llamada clase media, habiendo olvidado que somos trabajadores y que, en todo caso, formamos parte de la clase trabajadora.

Las organizaciones de clase, los sindicatos, se han convertido en entes que no sirven para la defensa de los intereses de clase, se han convertido en meros instrumentos para garantizar la paz social y no reivindicar ni luchar por las verdaderas necesidades que tenemos los que trabajamos, esto ha sido porque hemos aceptado una forma de representación sindical establecida en base al delegacionismo, salido de la democracia representativa de unas elecciones sindicales, que acaba con la representación directa de los trabajadores y las prácticas que conducen a una solidaridad de clase que garantice la cohesión necesaria para luchar contra el capitalismo depredador que nos acecha.

Nos hemos olvidado del internacionalismo obrero cuando más necesario es; hemos aceptado las condiciones impuestas por el sistema económico reflejadas en el despido masivo y las bajadas de sueldo para salvar un sistema que no quiere que nos salvemos los de abajo, los que hacemos que todo el sistema funcione, porque somos los que producimos, porque somos los que consumimos, porque somos los que pagamos, porque somos los que no nos rebelamos.

Ha llegado el momento de percatarnos de que somos nosotros quienes tenemos el poder, ya que si dejamos de producir para esas corporaciones, si dejamos de consumir lo que esas corporaciones nos ofrecen, si dejamos de permitir que nos cierren las fábricas y los trabajos, si dejamos de votar para elegir a sus títeres, si dejamos de participar en su sistema, todo lo que está pasando dejará de pasar.

Si cuando se cierra una fábrica o un negocio, en vez de aceptarlo sin más, decidimos tomarlo en nuestras manos y seguir habremos tomado el destino en nuestras manos y les demostraremos quién tiene el verdadero control.

Tenemos que ser capaces de entender que sin nosotros no funciona nada, que si nosotros decidimos dejar de colaborar están perdidos, que si nosotros tomamos el control de la producción, de nuestras vidas, de nuestras decisiones habremos acabado con el sistema imperante que nos manipula a su antojo.

Somos la mayoría, somos muchos más. ¿Por qué no lo hacemos?

Nº 306 - Enero 2014

jueves, 9 de enero de 2014

Charla sobre las instituciones caritativas en el Ateneo Popular de Parad@s en Movimiento-Valladolid


Este viernes 10 de enero a las 19.00h en el Ateneo Popular de Parad@s en Movimiento (C/ Puente La Reina, 22, Valladolid) tendrá lugar la charla-debate «LA CARIDAD: CONTROL Y DESIGUALDAD SOCIAL» a cargo de Julio Reyero, militante de CNT y miembro del Colectivo Editorial Amor y Rabia. Os esperamos.

jueves, 2 de enero de 2014

Bakunin: El más grande anarquista de la Historia


Miguel Bakunin es el maestro del anarquismo. En él se unieron fuerza, voluntad, amor y verdad por la justicia. Teórico y práctico, llevó a cabo una tarea impresionante. Quien le olvida ignora a un hombre que contribuyó a hacer una sociedad mejor.

Por José Martínez Fernández

Miguel Bakunin es uno de los hombres fundamentales en el despertar de las luchas sociales producidas en el siglo XIX. Por haber unido teoría y praxis se convierte en la más alta figura universal que ha tenido el anarquismo.

Pierre J. Proudhon con su libro ¿Qué es la propiedad? se convirtió en el intelectual fundamental de la doctrina ácrata. Su dibujo de la sociedad, a partir de la premisa de su señal «la propiedad es un robo», es la piedra-base del pensamiento anarquista.

Kropotkin, Malatesta, Faure, Ferrer, son otros importantes pensadores de esta doctrina. Todos ellos sufrieron persecución por parte de la gran burguesía enquistada en el Poder. Kropotkin vivió muchas cárceles. Malatesta, prisiones y juicios. Faure fue igualmente perseguido; y el español Francisco Ferrer fue «ajusticiado» por habérsele vinculado al atentado contra un rey de su país.

Es decir, los cuatro, intelectuales y teóricos del anarquismo, vivieron sinsabores por poner sus ideas y sus luchas junto a los desamparados del mundo. Sin embargo es Miguel Bakunin, quien mejor reunió ideas con acciones. Fue tan grande su batalla contra el sistema burgués que enfrentó muchas y largas temporadas en cárceles y fue dos veces condenado a la pena de muerte. Burlaba los aparatos carcelarios y volvía a la lucha. Nada lo cansaba.¡Qué porfiado era este hombre!

36 años estuvo al borde del precipicio, pero siempre le hizo el quite. Su lucha empezó a los 26 años, en 1840, en Alemania y concluyó sólo con su muerte, en 1876 en Berna. Había nacido en Rusia en 1814, hijo de una familia de la nobleza.

Así fue como llegó a ser oficial del Ejército Ruso, pero a los 20 años advirtió las injusticias sociales y abandonó al Ejército. Luego su mundo fue la lectura de clásicos del pensamiento social: Marx, Stirner, otros. Viviendo en París entre 1844 y 1847 estableció amistad con Proudhon y otros importantes activistas revolucionarios. Más tarde participa, como uno de los líderes esenciales, en el levantamiento popular de Praga y en la Revolución de Dresde. Bakunin fue el revolucionario del siglo XIX más castigado por los aparatos estatales. Su pensamiento es bastante importante para el debate social y —por ende— muy extenso.

Un gran hombre como Miguel Bakunin, que soportó la tortura, que bordeó el intento suicida (por el sufrimiento carcelario extremo), no traicionó a sus compañeros como se le quiso hacer aparecer cuando, desde la prisión, envió una extensa carta al Zar Nicolás I, la cual posteriormente se publicó bajo el título de Mi vida.

En dicha carta señaló estar arrepentido de sus ideas y de sus «fechorías». Sin embargo todo ello fue, justamente, una forma irónica de acusar la explotación y las diversas injusticias en el mundo.

Fue un hombre de una convicción intelectual clara y de una resistencia heroica que incluso conmovió a sus enemigos, llegando uno de ellos a decir que si en París (tras un levantamiento revolucionario allí) hubieran trescientos hombres como Bakunin, no habría forma de gobernar.

Su heroísmo incluso alcanza ribetes épicos que apenas tiene símiles en la historia de la humanidad.

Su nombre, un tanto callado, se debe al trabajo de la burguesía de dejar de citar a esos fantasmas que le dan miedo, ya que sirven de modelo a los nuevos luchadores sociales, y también ese casi olvido se debe al trabajo de los representantes del materialismo histórico que han intentado que el pensamiento de Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Faure y otros grandes ideólogos ácratas, no sea conocido para no «afectar» su utopía que —hecha realidad— provocó millones de muertos, millones de sometidos, millones de expulsados, abofeteados y burlados.

Bakunin hace fe de coraje, de honestidad y de solidaridad en la siguiente inteligente y bella exposición al Zar Nicolás I, lo que demuestra que su convicción libertaria no la abandonaba ni en la prisión: «... amor a la libertad y odio invencible a toda opresión, odio más intenso aún cuando esa opresión se refería a otro y no a mí mismo. Buscar mi felicidad en la felicidad de los demás, mi dignidad en la dignidad de todos los que me rodeaban, ser libre en la libertad de los otros, he aquí mi credo, la aspiración de toda mi vida. Yo consideraba como el más sagrado de los deberes, rebelarme contra toda opresión, cualquiera que fuera el autor o la víctima».

Si bien Proudhon representa el gran inicio intelectual del anarquismo, y si Kropotkin semeja lo mismo junto su gran actividad práctica, no hay duda que el hombre que mejor reunió mucho de ambas cosas (teoría y praxis) fue Miguel Bakunin, indudablemente el más grande de todos los anarquistas de la historia universal.

«La libertad sin el socialismo, es el privilegio, la injusticia; y el socialismo sin la libertad, es la esclavitud y la brutalidad.»

Eso lo dijo Miguel Bakunin y cuánto de cierto tienen esas palabras.

10 de Enero, 2010